<<Bienvenidxs a este espacio donde el diseño no solo se ve, se siente. Aquí habita lo más profundo de mí: cada trazo, cada idea y cada impulso creativo que me ha dado forma.>>

Desde que tengo memoria, hubo en mi mano un lápiz, un rotulador o cualquier herramienta que pudiera traducir lo invisible en formas y colores, no era simplemente un juego: era una necesidad interior, un impulso vital que me llevaba a trazar, a experimentar, a descubrir. Jamás pude estar quieta, como si el mundo no pudiera contener mi curiosidad ,mi madre, testigo silenciosa de esa efervescencia, no sabía ya dónde guardar tantos dibujos en tan pocas carpetas. Con los años, como suele ocurrir, la vida me llevó por otros caminos y esa pulsión creativa pareció desvanecerse, pero el instinto, ese fuego callado, nunca se apagó del todo, Seguía ahí, llevándome a enredar con nuevas técnicas, a explorar el arte en todas sus formas, incluso en los actos más espontáneos, como montar pequeños espectáculos de canto y baile en mi salón, torpes pero llenos de alma, cuando ni siquiera el ritmo me acompañaba. A los 16 años, cuando la vida me presentó la encrucijada de elegir, decidí escuchar a mi instinto y abrazar lo que siempre había estado en mí: el arte. En esta etapa de Bachillerato de Artes, no solo pulí técnicas, sino que descubrí personas con las que compartir esta forma de ver y habitar el mundo. Hoy, estudio Diseño Gráfico en Santander. No como una casualidad, sino como una consecuencia inevitable de mi propia naturaleza.